La Pandemia, oportunidad de oro para el sector Agropecuario. Importar o consumir lo nuestro 200716
Por Luis Fernando Jaramillo Arias
“La agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada
al sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre” Cicerón.
“El campo enfeece, empobrece y embrutece; ustedes tienen
que ser profesionales de actividades urbanas” José Luis Jaramillo.
Entre estas dos frases se ha desenvuelto mi vida. La
primera, pronunciada por un político y filósofo de la era romana; La segunda,
dicha por mi papá, un hombre bueno, inteligente, luchador, leal y agricultor
por vocación, pero golpeado por la violencia, el individualismo, la falta de Estado
y el pésimo mercadeo de los productos del agro.
Colombia no ha logrado tener una política agropecuaria de Estado.
El ministerio de agricultura es de segunda categoría frente a los otros
ministerios. Entre 1990 y 2020 hemos tenido 19 ministros, con un promedio de
1,5 años por cada uno; durante algunos gobiernos interesados en el sector, han
pasado por esa cartera hombres dinámicos, interesantes que han intentado hacer cosas
importantes, algo han conseguido y por eso sobrevivimos, pero nuestros
gobiernos no han podido convertir en propósitos colectivos la seguridad
alimentaria, la seguridad energética y el trabajo nacional.
Ayer en las redes sociales circularon unas fotos que dan cuenta de la oferta por parte del grupo Éxito de mandarinas importadas a $9.920 por kilo y, en contraste, una triste versión de mandarinas cosechadas en nuestro departamento que no se pudieron vender ni siquiera a $120 por kilo en finca. Eso lo que demuestra es la falta de conciencia por lo nuestro, la desprotección de nuestra agricultura y la falta de políticas que produzcan resultados en pro de la seguridad alimentaria del país.
No soy proteccionista a ultranza porque estoy convencido de
los beneficios de la competencia; sin embargo en temas como la agricultura,
donde las condiciones de competencia no son parejas y siempre estamos expuestos
a que los estados poderosos le hagan trampa a los tratados a través de
subsidios o a través de barreras no arancelarias, países como el nuestro
jugamos en una cancha desnivelada. Para dar un solo ejemplo, en un reciente
estudio de 2018 para Asocaña[1]
se identificaron subsidios Federales en Estados Unidos para el maíz por miles
de millones de dólares y una política consistente y firme de apoyo a su campo. Después,
el pasado 19 de mayo[2]
se anunciaron pagos directos por $16.000 millones de dólares a los agricultores
afectados por la pandemia.
La agricultura colombiana tiene hoy una oportunidad de oro
que nos ha traído esta pandemia del Coronavirus. Se está perdiendo el
imaginario de que el ascenso social de la gente del campo está en salirse a
vivir a la ciudad a ejercer un trabajo urbano. El día llegó y si nos ponemos en
la tarea como debe ser, el país entenderá que con actividades rentables en el
campo podremos lograr seguridad alimentaria, seguridad energética y trabajo
rural formal. Así lograré convencerme de que mi papá no tenía razón y que
Cicerón si la tenía.
[1] Subsidization of Ethanol in
the United States prepared by Hughes Hubbard & Reed LLP, información
amablemente cedida por Asocaña
[2] D.C., May 19, 2020 – U.S. Secretary of Agriculture
Sonny Perdue today announced details of the Coronavirus Food Assistance Program
(CFAP), which will provide up to $16 billion in direct payments to deliver
relief to America’s farmers and ranchers impacted by the coronavirus pandemic. https://www.ams.usda.gov/
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