Trabajemos en el renacer de nuestro Quindío 200627
Por Luis Fernando Jaramillo Arias
Después de varias semanas de obligarme a escribir sobre denuncias y atropellos propinados por nuestra clase política tradicional, por el abuso de lo público, por la tristeza de la frustración en la escogencia de nuestros gobernantes, quiero hoy poner el foco en hacer un llamado a mis conciudadanos para que trabajemos en el renacer de nuestro Quindío, de nuestro Armenia, de nuestros municipios.
Tenemos la materia prima. Una región privilegiada por la naturaleza y unos pobladores en su mayoría trabajadores, honrados, con ansias de progreso pero sojuzgados por unos “profesionales de las elecciones” que encontraron en el poder la manera de llenar sus arcas personales en medio de la impunidad. No le tienen miedo a la justicia, simplemente porque la justicia no opera. En el Quindío la justicia no ha sido coja; ha sido paralítica. Tampoco la sociedad ha tenido la valentía de practicar con ellos la sanción social. Pero nos estamos sacudiendo, comenzamos a ver resultados y lograremos salir adelante.
Con varios líderes quindianos hemos discutido sobre estos puntos y creo que llegó la hora de proponer acciones concretas para iniciar ese camino del renacer.
Propongo la constitución del Centro de Pensamiento y Acción Quindío, para que los ciudadanos podamos soñar el futuro de nuestra región. En el debate nutrido, en las acciones conjuntas, con la ilusión colectiva, con el trabajo de todos, podremos recomponer el camino.
Y pensemos en promover el liderazgo local y en hacer visibles nuestros talentos. No más mesías foráneos; no más redentores de barro; no más dirigentes eternos. He tenido ocasión de ver que hay un grupo muy nutrido de gente ansiosa de servir a la ciudad, al departamento y a sus municipios. Muchos de ellos están y luchan aquí y otros viven fuera pero siempre están pendientes de lo que pasa en nuestra tierra. Quiero convocarlos a todos para que con sus talentos profesionales y personales participen en el movimiento ciudadano hacia la conformación de un Nuevo Quindío.
En una composición de frases de grandes líderes de la humanidad, quiero invitar a mis coterráneos a construir el éxito para nuestra región, manejando la crisis y, simultáneamente labrar el futuro, de tropiezo en tropiezo, sin perder el entusiasmo.
Construyendo sobre todo lo bueno con que contamos, tengamos metas claras para edificar una mesa estable sobre cuatro patas virtuosas: El cuidado de la vida y el ambiente, el aprovechamiento de cambios que nos ha traído el nuevo siglo, la adaptación a una nueva economía y la transformación de las costumbres políticas.
¡Tenemos futuro!
Después de varias semanas de obligarme a escribir sobre denuncias y atropellos propinados por nuestra clase política tradicional, por el abuso de lo público, por la tristeza de la frustración en la escogencia de nuestros gobernantes, quiero hoy poner el foco en hacer un llamado a mis conciudadanos para que trabajemos en el renacer de nuestro Quindío, de nuestro Armenia, de nuestros municipios.
Tenemos la materia prima. Una región privilegiada por la naturaleza y unos pobladores en su mayoría trabajadores, honrados, con ansias de progreso pero sojuzgados por unos “profesionales de las elecciones” que encontraron en el poder la manera de llenar sus arcas personales en medio de la impunidad. No le tienen miedo a la justicia, simplemente porque la justicia no opera. En el Quindío la justicia no ha sido coja; ha sido paralítica. Tampoco la sociedad ha tenido la valentía de practicar con ellos la sanción social. Pero nos estamos sacudiendo, comenzamos a ver resultados y lograremos salir adelante.
Con varios líderes quindianos hemos discutido sobre estos puntos y creo que llegó la hora de proponer acciones concretas para iniciar ese camino del renacer.
Propongo la constitución del Centro de Pensamiento y Acción Quindío, para que los ciudadanos podamos soñar el futuro de nuestra región. En el debate nutrido, en las acciones conjuntas, con la ilusión colectiva, con el trabajo de todos, podremos recomponer el camino.
Y pensemos en promover el liderazgo local y en hacer visibles nuestros talentos. No más mesías foráneos; no más redentores de barro; no más dirigentes eternos. He tenido ocasión de ver que hay un grupo muy nutrido de gente ansiosa de servir a la ciudad, al departamento y a sus municipios. Muchos de ellos están y luchan aquí y otros viven fuera pero siempre están pendientes de lo que pasa en nuestra tierra. Quiero convocarlos a todos para que con sus talentos profesionales y personales participen en el movimiento ciudadano hacia la conformación de un Nuevo Quindío.
En una composición de frases de grandes líderes de la humanidad, quiero invitar a mis coterráneos a construir el éxito para nuestra región, manejando la crisis y, simultáneamente labrar el futuro, de tropiezo en tropiezo, sin perder el entusiasmo.
Construyendo sobre todo lo bueno con que contamos, tengamos metas claras para edificar una mesa estable sobre cuatro patas virtuosas: El cuidado de la vida y el ambiente, el aprovechamiento de cambios que nos ha traído el nuevo siglo, la adaptación a una nueva economía y la transformación de las costumbres políticas.
¡Tenemos futuro!
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