Thursday, July 16, 2020

La Pandemia, oportunidad de oro para el sector Agropecuario. Importar o consumir lo nuestro 200716


Por Luis Fernando Jaramillo Arias

“La agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre” Cicerón.
“El campo enfeece, empobrece y embrutece; ustedes tienen que ser profesionales de actividades urbanas” José Luis Jaramillo.

Entre estas dos frases se ha desenvuelto mi vida. La primera, pronunciada por un político y filósofo de la era romana; La segunda, dicha por mi papá, un hombre bueno, inteligente, luchador, leal y agricultor por vocación, pero golpeado por la violencia, el individualismo, la falta de Estado y el pésimo mercadeo de los productos del agro.

Colombia no ha logrado tener una política agropecuaria de Estado. El ministerio de agricultura es de segunda categoría frente a los otros ministerios. Entre 1990 y 2020 hemos tenido 19 ministros, con un promedio de 1,5 años por cada uno; durante algunos gobiernos interesados en el sector, han pasado por esa cartera hombres dinámicos, interesantes que han intentado hacer cosas importantes, algo han conseguido y por eso sobrevivimos, pero nuestros gobiernos no han podido convertir en propósitos colectivos la seguridad alimentaria, la seguridad energética y el trabajo nacional.


Ayer en las redes sociales circularon unas fotos que dan cuenta de la oferta por parte del grupo Éxito de mandarinas importadas a $9.920 por kilo y, en contraste, una triste versión de mandarinas cosechadas en nuestro departamento que no se pudieron vender ni siquiera a $120 por kilo en finca. Eso lo que demuestra es la falta de conciencia por lo nuestro, la desprotección de nuestra agricultura y la falta de políticas que produzcan resultados en pro de la seguridad alimentaria del país.  Así, en Colombia no podremos salir de nuestra agricultura pauperizada.

No soy proteccionista a ultranza porque estoy convencido de los beneficios de la competencia; sin embargo en temas como la agricultura, donde las condiciones de competencia no son parejas y siempre estamos expuestos a que los estados poderosos le hagan trampa a los tratados a través de subsidios o a través de barreras no arancelarias, países como el nuestro jugamos en una cancha desnivelada. Para dar un solo ejemplo, en un reciente estudio de 2018 para Asocaña[1] se identificaron subsidios Federales en Estados Unidos para el maíz por miles de millones de dólares y una política consistente y firme de apoyo a su campo. Después, el pasado 19 de mayo[2] se anunciaron pagos directos por $16.000 millones de dólares a los agricultores afectados por la pandemia.

La agricultura colombiana tiene hoy una oportunidad de oro que nos ha traído esta pandemia del Coronavirus. Se está perdiendo el imaginario de que el ascenso social de la gente del campo está en salirse a vivir a la ciudad a ejercer un trabajo urbano. El día llegó y si nos ponemos en la tarea como debe ser, el país entenderá que con actividades rentables en el campo podremos lograr seguridad alimentaria, seguridad energética y trabajo rural formal. Así lograré convencerme de que mi papá no tenía razón y que Cicerón si la tenía.


[1] Subsidization of Ethanol in the United States prepared by Hughes Hubbard & Reed LLP, información amablemente cedida por Asocaña
[2] D.C., May 19, 2020 – U.S. Secretary of Agriculture Sonny Perdue today announced details of the Coronavirus Food Assistance Program (CFAP), which will provide up to $16 billion in direct payments to deliver relief to America’s farmers and ranchers impacted by the coronavirus pandemic. https://www.ams.usda.gov/

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