Armenia y el Quindío, Patria Boba 200704
Por Luis Fernando Jaramillo Arias
En Armenia y el Quindío nos hemos acostumbrado a tres tipos de noticias. Las que hablan de corrupción, las que debaten sobre la interpretación de incisos y parágrafos y las que asumen posiciones pseudo-ecológicas para imponer ideas en contra de la economía de libre mercado. Patria Boba en toda su dimensión.
Desde que tenemos elección popular de alcaldes y gobernadores muy pocos han sabido dejar en la mente una huella positiva. A partir de 1990, todavía tenemos que recurrir a César Hoyos Salazar, “El alcalde Ciudadano” o a Álvaro Patiño Pulido “El alcalde de la Reconstrucción” cuando queremos describir en una frase la huella histórica que dejaron los elegidos. Algunos han pasado en blanco y los más con recuerdos ingratos.
Esta semana vivimos los tres tipos noticias. La primera tuvo que ver con los “elefantes blancos” que constituyen las obras del Centro Cultural y Turístico de Armenia, en la vieja estación del ferrocarril, un hueco infame que se ha convertido en el símbolo de esta vergüenza de más de cinco mil millones de pesos y las obras de la siempre mentada valorización, otra vergüenza colectiva por más de cien mil millones. Eso es lo que nos han hecho los gobernantes que hemos tenido.
La segunda noticia fue la guerra de las comas, los parágrafos y los incisos que se desató para justificar la actuación del alcalde encargado y de los concejales que han querido montar unos micos ultrajantes en el Plan de Desarrollo. Una región donde la discusión sobre el futuro se centra en darle apariencia legal a un insulto a la ciudadanía está enferma.
La tercera noticia fueron unos desatinados comentarios sobre los esfuerzos por atraer inversión a nuestra región, sin tener en cuenta que si no hay inversión, no hay trabajo ¿Quién de esos redentores ha generado empleo? ¿Por qué no han hecho ellos los emprendimientos que les reclaman a los que han venido a hacerlos? Necesitamos que se invierta y que se cumplan las leyes. El deber de nuestros gobernantes es darles la bienvenida a los inversionistas, trabajar para que se sientan bien, hacerles propicias las condiciones para la inversión y exigirles el cumplimiento estricto de nuestra normativa tanto laboral como ambiental.
Trabajar por construir el futuro es la obligación de los gobernantes ¿Dónde está, por ejemplo, la promoción a las ZESE, las zonas económicas y sociales especiales que ofrece para Armenia el Plan de Desarrollo del gobierno nacional con exenciones de impuestos para quienes generen empleo en el municipio?
Definitivamente tenemos que pedirles a nuestros gobernantes: “Trabajen vagos, salgamos de la Patria Boba”.
En Armenia y el Quindío nos hemos acostumbrado a tres tipos de noticias. Las que hablan de corrupción, las que debaten sobre la interpretación de incisos y parágrafos y las que asumen posiciones pseudo-ecológicas para imponer ideas en contra de la economía de libre mercado. Patria Boba en toda su dimensión.
Desde que tenemos elección popular de alcaldes y gobernadores muy pocos han sabido dejar en la mente una huella positiva. A partir de 1990, todavía tenemos que recurrir a César Hoyos Salazar, “El alcalde Ciudadano” o a Álvaro Patiño Pulido “El alcalde de la Reconstrucción” cuando queremos describir en una frase la huella histórica que dejaron los elegidos. Algunos han pasado en blanco y los más con recuerdos ingratos.
Esta semana vivimos los tres tipos noticias. La primera tuvo que ver con los “elefantes blancos” que constituyen las obras del Centro Cultural y Turístico de Armenia, en la vieja estación del ferrocarril, un hueco infame que se ha convertido en el símbolo de esta vergüenza de más de cinco mil millones de pesos y las obras de la siempre mentada valorización, otra vergüenza colectiva por más de cien mil millones. Eso es lo que nos han hecho los gobernantes que hemos tenido.
La segunda noticia fue la guerra de las comas, los parágrafos y los incisos que se desató para justificar la actuación del alcalde encargado y de los concejales que han querido montar unos micos ultrajantes en el Plan de Desarrollo. Una región donde la discusión sobre el futuro se centra en darle apariencia legal a un insulto a la ciudadanía está enferma.
La tercera noticia fueron unos desatinados comentarios sobre los esfuerzos por atraer inversión a nuestra región, sin tener en cuenta que si no hay inversión, no hay trabajo ¿Quién de esos redentores ha generado empleo? ¿Por qué no han hecho ellos los emprendimientos que les reclaman a los que han venido a hacerlos? Necesitamos que se invierta y que se cumplan las leyes. El deber de nuestros gobernantes es darles la bienvenida a los inversionistas, trabajar para que se sientan bien, hacerles propicias las condiciones para la inversión y exigirles el cumplimiento estricto de nuestra normativa tanto laboral como ambiental.
Trabajar por construir el futuro es la obligación de los gobernantes ¿Dónde está, por ejemplo, la promoción a las ZESE, las zonas económicas y sociales especiales que ofrece para Armenia el Plan de Desarrollo del gobierno nacional con exenciones de impuestos para quienes generen empleo en el municipio?
Definitivamente tenemos que pedirles a nuestros gobernantes: “Trabajen vagos, salgamos de la Patria Boba”.
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