Sunday, May 23, 2021

La Ceiba de la Libertad, un sonoro grito de alarma 210522

Por Luis Fernando Jaramillo Arias

Conversábamos en una mesa Pachito Alonso, Diógenes Benítez, Lucho Chinchilla y yo. Lucho es un nuevo integrante de la tertulia. Moreno, flaco, curtido por el trabajo, tímido, su casa está en Puerto Rico, un asentamiento irregular al norte de Armenia. Vive del rebusque, vendiendo minutos, cacharro, frutas y verduras en una carreta, se para en la entrada de la ciudad para ofrecerse a descargar camiones, lo que sea.

Estoy triste, dijo Lucho. Con todo lo que ha sucedido, no he podido sacar la carreta, ya nadie pide minutos, no transitan los camiones, la vida está muy difícil. Y lo peor es que a mi mujer que trabajaba como aseadora en la bodega de eléctricos, le suspendieron el contrato ayer.

Los demás nos miramos perplejos. Lucho continuó: La vida es muy dura y si los que se empeñan en la violencia buscaban golpearnos a los más débiles, lo están logrando. Yo creo que lo que quieren es que nos sintamos mal, que al no poder llevar el mercadito a la casa le echemos la culpa al gobierno, quieren convertirnos en esclavos de su manera de pensar. Se le salieron un par de lágrimas.

Diógenes intervino como para matizar la situación. Ayer se cayó la Ceiba de la Libertad en Gigante, Huila, ese árbol sembrado en 1851 cuando el gobierno de José Hilario López[1] cumplió un pensamiento del general Nariño de cambiar el cepo de castigo a los esclavos por un árbol. Lo veo como un símbolo de lo que dice Lucho. Los extremistas nos quieren esclavizar, se quieren hacer voceros sin legitimidad y el árbol al caerse nos está dando un sonoro aviso de alarma.

Pachito no lo dejó terminar. Cada que alguien quiere, deja la bicicleta en la mitad de la calle, atraviesa un camión, se para a gritar en una plaza y se declara vocero de los mensajeros, de los camioneros, de los carreteros. Nadie los nombró, pero vociferan contra el gobierno y amenazan con mantenerse así si no viene el presidente a hablar con ellos. Ayer me llegó un video perverso pero muy bien hecho de los maestros de Fecode en el que justifican su permanencia en el paro y se declaran voceros de estudiantes, padres de familia y no marchantes[2]. Lucho interrumpió. No me siento representado por ninguno de ellos, ¡Muy fácil así!, cobrando sueldo sin trabajar para pegarle patadas a la lonchera. A mí que me dejen trabajar y para mi mujer lo que quiero es que le restablezcan su contrato. Que no me ofrezcan migajas para salir a hacer vandalismo, conmigo no: “Al que no sabe cualquiera lo engaña, al que no tiene, cualquiera lo compra”, terminó diciendo.

Diógenes remató: Lo felicito Lucho es usted un hombre de principios. Esa frase resume lo que significan los liderazgos arrebatados, la necesidad de educar a conciencia y sin resentimientos, la importancia de generar oportunidades, no dádivas que paralizan y esclavizan. Lo invito a que apoyemos la marcha de camisetas blancas del próximo 26 de mayo que se está organizando en el Quindío para apoyar las instituciones y exigirles
a los revoltosos que respeten los derechos de los demás.



[1] La Ley del 21 de Mayo del año de 1851 declaró libres a todos los esclavos que existieran en el territorio de la República de Colombia, cumpliendo así el sueño del libertador Simón Bolívar cuando manifestó interés en la libertad absoluta de los esclavos en el Congreso de Angostura en el año 1819 al crearse La Gran Colombia

[2] Si algún lector quiere una copia de este vergonzoso video, lo tengo disponible para compartirlo

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