Monday, January 09, 2023

Se creció el chiquito 230109

Por Luis Fernando Jaramillo Arias

En homenaje a Héctor Londoño Martínez, uno de los descubridores de ese secreto que todos teníamos a la vista, la oferta ambiental, la imponente belleza paisajística y la amable calidez de nuestra gente.

Creadores como Héctor, Diego Arango y otros más nos impulsaron a encontrar en el turismo un renglón económico que se sumó en buena hora al café. Complementariamente nos llegó una ola de migrantes que ven en nuestra región la posibilidad de tener aquí una vivienda o un negocio. Es de tal magnitud este fenómeno que ya no podemos pensar en Armenia, Calarcá, Circasia, Montenegro o La Tebaida como conglomerados humanos independientes.

Lo que vieron esos pioneros fueron los elementos naturales y sociales con los que se pudo dar el impulso a este proceso de desarrollo económico. Pero también debemos considerar un aporte fundamental que permitió que ese proceso se diera con relativa rapidez. Se trata de todo el plante de infraestructura vial y de bienes públicos como acueductos, electricidad, saneamiento y comunicaciones que impulsó la Federación Nacional de Cafeteros a través del Comité Departamental en una gestión paraestatal sin precedentes y sin repetición en cualquier otra parte del país. En el Quindío esta obra que nos puso en el partidor de la Economía de Servicios fue hecha oportuna y juiciosamente invertida para la economía cafetera.

Hasta aquí la parte amable de la historia porque como en las familias, se nos creció el chiquito turismo y ya no le sirve la ropa prestada de su primito el café. Las vías colapsadas, los servicios públicos con largas fallas en el suministro y la inseguridad, son síntomas preocupantes porque las actividades a las que nos venimos refiriendo son difíciles de atraer pero muy fáciles de ahuyentar. Es muy triste hablar con turistas que se refieren a Armenia como una ciudad fea, desordenada y congestionada o mostrar su descontento por la imposibilidad de llegar a Salento, por la falta de agua en Filandia o por los excrementos que se vierten al río Quindío a través de efluentes a la vista de todos.

Estas situaciones se dan a causa de gobernantes indolentes y corruptos como los que tenemos que inauguran un hueco o celebran un anuncio como si fuera una obra terminada y parecen más una reina de belleza promoviendo su candidatura a través de redes sociales que ejecutivos serios y preocupados por la comunidad.

Es hora de pensar en grande, es hora de cambiar el rumbo, es hora de pensar en el departamento como una ciudad región, es hora de construir una infraestructura acorde con las necesidades y suficiente para la demanda pero pensada y proyectada con verdadero juicio, es hora de reglamentar adecuadamente los usos del suelo y hacer desarrollo en alianza con la naturaleza. Estamos a tiempo.

El chiquito se nos creció y no podemos dejarlo sin la ropa que necesita. Héctor lo tenía claro.

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