Sunday, August 01, 2021

Café y trabajo 210731

Por Luis Fernando Jaramillo Arias

El lugar, Circasia, en la Cafetería de Arcadio en una esquina de la plaza principal.

Don Facundo, un caficultor de la región, con una sonrisa de oreja a oreja exclamó: El lunes alcancé a vender 50@[1] a $190.550. Imagínense, casi diez millones de pesos en una venta. Hace dos o tres años para poder recoger esos mismos diez millones necesitaba vender 100@ y a veces más.

El problema es que la mano de obra está escasa y la mayoría de los que van a la finca a coger el café son hombres mayores y muchas veces mujeres que tienen que aparecer con sus hijitos porque no tienen dónde dejarlos. Y se ha puesto cara la recolección, como mínimo a $600 pesos kilo de café en cereza[2].

Lucho preguntó; ¿Y cuánto le sobra para usted? Facundo le contestó: La recolección cuesta 36 mil y con las demás labores el costo ya se acerca a $90 mil por arroba. Ahora el café nos deja una buena utilidad para atender las deudas y ponernos al día en tantas cosas en las que nos atrasamos en más de 15 años de malos precios. 

Le cuento don Facundo que mi esposa fue una de las que le ayudó en la recolección, en el lote de la Divisa, ese faldudo en el que hay que llevar al hombro la carga hasta el beneficiadero donde la pesan, a unos trescientos metros de distancia. A ella le pesaron 64 kilos y sacó $38 mil de jornal. Usted muy cumplido le pagó el sábado. ¿Una venezolana bajita con una niña? Sí, dijo Lucho, prefiero que coja café a que pida plata en un semáforo exhibiendo la niña para conmover la gente. ¿Ella tiene permiso? No necesita, también es colombiana. Los papás, de Santander, se fueron a Venezuela en los 90 y ella nació allá. ¡Yo la puedo asegurar, Lucho! ¿Por qué no le dice? Ni riesgo, don Facundo, pierde el Sisbén.

Pachito dijo: Ahora hay poco café porque solo hay graneos[3]. A la esposa de Lucho le pagaron un jornal mínimo y unos pesos más, pero en la mayoría de las fincas cafeteras no se aporta a la seguridad social de la gente que hace las labores. Don Facundo quiere formalizar la relación pero no puede porque el sistema está hecho para que la gente lo viole.

Diógenes explicó. Ahora hay manera de cumplir la obligación de aportar sin que las personas pierdan el Sisbén y sin tanto trámite. Es el piso de seguridad Social[4]. Usted afilia en Colpensiones, aporta el 15% de lo pagado y la persona tiene una cobertura muy apropiada en estos casos de oficios temporales.

Facundo lo miró sorprendido. ¡Qué buena noticia! Lucho, dígale a Yeni que la próxima semana la espero en El Porvenir y que la voy a asegurar con el piso mínimo. Voy a hablar con mis colegas cafeteros para que entiendan que hoy podemos ofrecer a nuestros trabajadores por lo menos un poco de lo bien que nos está yendo, asegurándolos con esa fórmula. Terminó diciendo, formalizar el trabajo es un deber de todos los empresarios y brindó con la taza de café.



[1] Para las nuevas generaciones citadinas, el signo @ se ha utilizado siempre para las “arrobas”, medida de peso equivalente a 12,5 kg. En el caso del café son de pergamino seco.

[2] El café en cereza se recolecta del árbol y después de quitarle la cáscara o “pelarlo” y secarlo, se entrega en lo que se denomina “pergamino”.

[3] Un “graneo” es una cantidad pequeña de granos para recolectar

[4] El decreto 1174 del 27 agosto de 2020, reglamenta la contratación formal de personas que ganen menos de un salario mínimo mensual. Los empleadores inscribirán el trabajador a Colpensiones y pagarán un 15% de aportes a la seguridad social. El beneficiario se incorporará en el programa BEPS, beneficios económicos periódicos, la salud del régimen subsidiado y un seguro inclusivo administrado por Colpensiones. El salario mínimo mensual para 2021 es de $908.526 y se estima el salario mínimo diario en $30.285 para la jornada de 8 horas, esto es $3.785 pesos por hora. El costo que incluye los aportes a la seguridad social pone esta cifra en $4.400 por hora.

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