Saturday, April 04, 2020

VIENTOS DE CAMBIO 200404

Por Luis Fernando Jaramillo Arias

Llegó la hora de pensar en cambios. Los que por ventura tenemos la posibilidad de pasar la cuarentena en una casa grande o en una finca, tenemos la obligación de dar la mano a nuestros conocidos que sabemos que están pasando dificultades o que tienen que aguantar el encierro (no puede llamarse de otra manera) en una casa o en un apartamento estrecho en compañía de una familia quizás numerosa. Son condiciones diametralmente opuestas sobre las cuales debemos meditar.

Hablamos de indisciplina social y se debe controlar; pero también tenemos que pensar en que a veces que el desespero de nuestros semejantes por las malas condiciones en que viven o, aún más, que viven en la calle, los expulsa a deambular o a la búsqueda de un pedazo de pan. Hay que tenerlos en cuenta. Una gran cantidad de compatriotas vive en condiciones muy difíciles. Ese no es secreto para nadie.

Hemos visto un gobierno actuante, con un presidente a la cabeza que ejerce, que está enterado, que ha hecho un protagonismo discreto, que se ha asesorado de expertos y hasta hoy, el país presenta resultados sobresalientes. Ha demostrado que es el líder que se requiere en la hora que vivimos y que merece nuestro apoyo y disciplina para moderar la expansión del virus.

Ese gobierno se enfrenta hoy a un delicado problema adicional. Es algo similar a lo que sucede cuando uno se sumerge en una piscina: Que resiste mientras le dura el aire y luego tiene que salir. Así sucede con la vida, la economía y el empleo. El dilema es simple y fuerte: No podemos llegar a un punto de freno a la economía tal que sean más los muertos por hambre y violencia que por la enfermedad. El país debe lograr ese equilibrio.

Muchos cambios se producirán de manera espontánea. ¿Cuándo llegamos a pensar en que podríamos ser calificados en algún desempeño como mejores a los Estados Unidos? ¿Cuándo creímos que se iban a producir precios negativos en petróleo en algún momento? ¿Cuándo nos imaginamos que nos iban a pedir que no viéramos a nuestros nietos?

Otros cambios los tendremos que imprimir en nuestra manera de pensar, hasta en nuestra manera de saludar. Los demás cambios vendrán en la economía, en las relaciones de trabajo, en la diplomacia internacional, hasta en lo que hasta ahora se consideraban enemigos de guerra.

Tenemos que reinventar la agricultura, la arquitectura, el periodismo, el aseo, el urbanismo, el procesamiento de alimentos, la distribución al por menor, los servicios médicos, el turismo, casi todo lo del mundo de hoy. He ahí oportunidades para nuestro Quindío. Vale la pena vivirlas y aprovecharlas.

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