Hoy quiero dar gracias 200321

Por Luis Fernando Jaramillo Arias

Hoy, en medio de tanta incertidumbre, amanecí con muchas ganas de dar gracias. Anoche en una acción muy oportuna, a las 8, se oyeron aplausos para agradecer a los profesionales y trabajadores de la salud por el esfuerzo que han venido haciendo, arriesgando su propia suerte sin importarles las consecuencias, en pro de atender a los contagiados sintomáticos del virus. Esas personas son héroes como lo han sido nuestros soldados y policías cuando de defender la patria se trata o cuando ha sido necesario arriesgarse para defender nuestra vida, honra y bienes.

En esta situación tenemos muchos otros héroes. Al igual que los trabajadores de la salud, hay otros que han venido exponiendo su salud al atender público masivamente. Los dependientes de supermercados, los de las cadenas de distribución, los domicilios, los agentes de tránsito como el que anoche, en medio del cumplimiento de su deber de organizar el tráfico para proteger vidas, difundió un video a la entrada de Circasia pidiéndole a la gente que acatara las órdenes de quedarse en casa en lugar de estar haciendo turismo sin necesidad.

Qué decir de los agricultores y trabajadores del campo, de los transportadores, dueños de establecimientos, coteros, transportadores y empleados de las plazas de mercado que nos garantizan a los demás el suministro de alimentos; los periodistas, los celadores, los trabajadores de las empresas de servicios públicos, otros que seguramente se me escapan, tanta pero tanta gente que no hace otra cosa que trabajar por el bienestar de los demás y nos permitirán a los demás, manejar el aislamiento.

Todos los que por cualquier razón han tenido y tendrán que exponer su salud en un mayor grado que los que nos hemos tenido que quedar en confinamiento, han de recibir la gratitud de los demás colombianos porque su valor civil nos lleva a calificarlos también como héroes.

No puedo terminar esta lista agradecida sin mencionar los trabajadores informales. Esos que se ganan su sustento día por día que, ante una orden de confinamiento no tienen alternativa diferente al hambre. Esos me trasnochan, esos me duelen, tenemos que buscar una solución para ellos.