Diálogo Turismo sin visión colectiva de largo plazo.
Pachito comentó la noticia alborozado. ¡Vamos muy bien! Y
fuera de eso la llegada de extranjeros aumentó el 6%. Estamos disparados en eso
del turismo. Yamile, volada de la oficina para participar, celebró alzando la
taza del café.
Lúcido, hoy no se quedó callado: El 2% de aumento en el
tráfico aéreo es un incremento muy pequeño y por el aeropuerto de Pereira se
mueven cuatro veces más pasajeros que por el de Armenia. Celebremos sí pero cuando
tengamos de qué.
Lucho que nunca ha montado en avión no entendía de qué se
trataba el asunto. A mí no me montan en pájaro que no tenga plumas. Muchas
risas.
El asunto del aeropuerto es serio, insistió Pachito. Estamos
creciendo y repito, vamos bien. Diógenes le interrumpió; es verdad Pachito, el
asunto es serio pero lo debemos analizar no solo con emoción sino con
pragmatismo. Aquí tenemos un fuerte interrogante y es cómo hacemos para
conseguir el mejor valor agregado posible, el máximo progreso para los
habitantes de la región y al mismo tiempo la protección para el mayor de
nuestros tesoros, EL VERDE. Son asuntos que debemos mirar con especial cuidado
porque nos podemos tirar la gallina de los huevos de oro. ¿Cómo vemos a Pijao,
a Buenavista, a Circasia o Montenegro en los próximos años? ¿Queremos tener una
congestión como la que se forma los fines de semana principalmente en las
entradas a Salento y Filandia? ¿Queremos unas cortinas de torres en Armenia que
se roban la vista a la montaña no solo para los que vivimos en casas en el
centro de la ciudad sino para los visitantes que ya dicen que no quieren entrar
a la capital del Quindío? ¿Tenemos estudios de capacidad de campo que es una
variable fundamental para que el turismo no se vuelva una plaga en lugar de ser
la redención económica que estamos buscando?
La marca que se conoce por fuera es “eje cafetero” y la
gente dice que nos visitó, indiferentemente de si vino a Pereira, a Manizales,
a Quimbaya o a Armenia. Es una realidad que tenemos que analizar y resolver.
A estas alturas de la reunión, todos quisieron dar nuevas
opiniones que ninguno de los demás oyó. Cada uno presentaba su propio
argumento, en una parodia de lo que nos está pasando en la realidad. No hemos
mirado el asunto a fondo y no tenemos una visión de largo plazo para una
vocación económica que nos puede redimir… o hundir.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home