Un regalo de cumpleaños para nuestra ciudad 221023
Por Luis Fernando Jaramillo Arias
El 14 de octubre Armenia cumplió 133 años. Esa efemérides
ocurrida en un lluvioso octubre en 1889 cuando un colono intrépido y decidido tuvo
la idea de poner un mojón de progreso a este lado del río Quindío. Jesús María
Ocampo Toro (El Tigrero) convocó algunos otros pobladores de los alrededores
para buscar facilidades en sus labores de guaquería y cultivos de pan coger. Un
hombre analfabeta que se apoyó en Alejandro y Jesús María Suárez, que sí sabían
leer y escribir y el último ejerció la presidencia de la junta fundadora y le
firmó a ruego. Tres valientes que movieron la población y hoy miran su obra
desde la eternidad.
Se crea o no en estos elementos numerológicos, es tiempo de revisarlos y aplicarlos. Nuestra región es privilegiada por la naturaleza, nuestra gente es hospitalaria con el visitante y nuestra capacidad para superar situaciones difíciles, comenzando con los rigores que impuso la tarea fundadora, se ha probado suficientemente.
Quiero invitar a mis conciudadanos para que nos empeñemos en
una cruzada que proponga un nuevo comienzo, que utilice la especial intuición
quindiana, que analice la realidad en que hoy nos encontramos, que ejerza con
creatividad ese poder de convocatoria que ejercieron Ocampo y los Suárez para
independizarnos del yugo de una política corrompida que ha traspasado todos los
límites de la decencia ejerciendo el poder en provecho de unos pocos, dejando
la mayoría esclavizada de unos mendrugos y avasallada con contraticos de tres
meses, con dádivas miserables, con un precio por un voto, con una teja, con un
bulto de cemento, con un colchón.
Llegó la hora de las decisiones firmes, llegó la hora de
tomar conciencia de que el cambio hacia la decencia requiere ser generosos.
Mi propuesta de regalo para nuestra ciudad consiste en que
todos los que podamos hacer un esfuerzo económico nos unamos y constituyamos un
fondo que sirva para financiar nuevos fundadores de la forma de hacer política.
Una política decente que se costee con independencia, con rigor, con austeridad
en el gasto. No lograremos cambiar las costumbres si no nos echamos la mano al dril
porque la raíz de la corrupción que nos aqueja es la forma como se financian
las campañas electorales.
Atrevámonos a proponer un nuevo comienzo con ese presagio del 133 unido al arrojo de los fundadores. Llegó la hora.
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