Sunday, October 09, 2022

Héroes de nuestra tierra. Jorge Torres al rescate del Civismo 220930

 Por Luis Fernando Jaramillo Arias

El Parque de los Fundadores cambió mucho desde que el alcalde Mario Londoño en 2003 decidió que la Sociedad de Mejoras Públicas dejara de hacer el mantenimiento y el ornato de la ciudad que en épocas anteriores competía con Bucaramanga por el apelativo de “Ciudad de los Parques”. Un pequeñísimo botín que no desperdician los mandatarios regionales para crecer la clientela o conseguir coimas con contratos aunque sean de menor cuantía.

Jorge Torres Velásquez es un empresario que tiene a Armenia en su corazón aunque su trabajo principal está en Cali como gerente general de Colcadenas, una empresa que ya tiene 60 años de existencia y hasta una condecoración del Congreso de la República. Él es hijo de Jorge Torres Uribe un promotor de progreso de la segunda mitad del siglo pasado que era propietario con su familia del Almacén Torres y Torres, una ferretería de primera calidad que funcionaba en la esquina de la carrera 15 con calle 21 donde hoy está la Torre Colpatria y la atención al público de esa entidad bancaria.

Los 50 y 60 eran tiempos del civismo que ha venido languideciendo en nuestra región. La Catedral de Armenia, el edificio del palacio episcopal donde hoy funciona la Universidad La Gran Colombia, el seminario en las instalaciones y el lote que hoy ocupa la Universidad del Quindío, muchas obras más se hicieron  los convites domingueros de empanadas con personas voluntarias que a punta de trabajo y de la colecta de centavos lograban entregar a la comunidad unas obras que los llenaban de orgullo, que alimentaban su amor por la tierra y que sostenían la llama de lo que en esas horas se llamaba con orgullo la “Ciudad Milagro de Colombia” con una clase dirigente que luchaba por convertir la región en departamento a través de una gesta de independencia regional.

Parque Fundadores, Armenia, Quindío
Jorge Torres leyó que el civismo estaba vivo pero disperso entre las ramas de iniciativas cívicas muy meritorias pero ignoradas por los políticos: La propia Sociedad de Mejoras Públicas, la Liga de Lucha contra el Cáncer, las Damas Rosadas, el Club Rotario, el Club de Jardinería, la Fundación Chocolate, la Academia de Historia, la fundación Alejandro Londoño, el Museo de la Música y muchas otras iniciativas más. Se trataba de convocar, buscar ayudas, liderar las personas e instituciones dispersas, involucrar a los vecinos y al sector público. Jaime Julián su hermano le copió al instante y hoy es el líder más celoso del parque. Se autodenomina “el parquero” y día tras día está atento a poner su grano de civismo en la reconstrucción y reordenamiento de ese rincón emblemático de Armenia.

Ya Jorge y Jaime Julián ampliaron su labor cívica. Acabaron de resucitar el “sancocho esquinero” en el barrio Santander y lograron con el mismo sistema de involucrar vecinos, pedir a sus amigos, congregar empresarios y unir voluntades, organizar un convite barrial que sirvió más de mil sancochos.

El empresario que también ha sido periodista, columnista, desarrollador de proyectos, estudiante de periodismo digital, funcionario público, candidato a la alcaldía y a la asamblea departamental se convirtió en el salvavidas del civismo armenio. Con Jaime Julián y todos los que se han unido a esta cruzada de rescatar el civismo y el orgullo armenios, Jorge ha demostrado que sí se puede. ¡Un hurra por él!

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