Tuesday, September 20, 2022

Diálogo. Educación, equidad y oportunidades 220917

Por Luis Fernando Jaramillo Arias

Estuve en una presentación que hizo Paloma Valencia, comentó Pachito. Mostró un cuadro que me dejó muy triste sobre las pruebas de estado en 2021 en el que se ve la diferencia de resultados entre los estudiantes de los colegios públicos comparados con los de los privados. ¿Qué son pruebas de estado? Preguntó Lucho.

Son las que también llamamos pruebas del ICFES que se aplican a los bachilleres en todo el país. Muchas universidades las utilizan para escoger los aspirantes que aceptan según unos mínimos que tienen que ver con la demanda de ciertas carreras. El puntaje va de 0 a 500 y normalmente y los estudiantes sobresalientes obtienen por encima de 360, explicó Diógenes.

¿Y en qué consisten esas diferencias? Insistió Lucho. La cuenta es sencilla; en El Quindío, por ejemplo, si el promedio que obtienen los estudiantes de los colegios privados es 270 y el de los colegios públicos es 222, hay una diferencia de 48,3 para0 el año 2021. ¿Y qué significa? Que en promedio la enseñanza de los colegios privados, no solo en Quindío sino en todo el país es mejor que en los colegios públicos. Nuestro departamento solo supera en este indicador a Cauca, Casanare, Córdoba, Bolívar, Putumayo, La Guajira, Caquetá y Amazonas, todos departamentos con grandes problemas o muy alejados, cuando deberíamos estar entre los mejores. Aquí discutimos de educación pública hablando del PAE y otras cosas, pero no hemos hecho un debate sobre la calidad de la instrucción que se imparte.

¡Con razón! intervino Yadira, una madre cabeza de familia a la que habíamos invitado a tomarse un tinto. Mi hija no pasó en la carrera que quería porque tenía un puntaje muy bajito. Eso de estudiar en colegios privados es para ricos; los que trabajamos por un salario mínimo no podemos educar los hijos en colegios privados. En el colegio de la niña no hay hijos de gente con dinero; ellos prefieren los colegios privados. Y le cuento otra cosa, dijo Lucho, a mi hijo le enseñan marxismo en clase de matemáticas; por eso no sabe ni sumar.

Diógenes le afirmó: La buena educación es la garantía del ascenso social, la boleta para salir de la pobreza, la posibilidad de conseguir la equidad en un país como el nuestro. Tenemos que mejorarla en el Quindío porque, si no lo hacemos, vamos a seguir perdiendo las oportunidades para la gente joven menos favorecida.

A veces pienso que muchos profesores y casi todos los políticos no entienden que mantener baja la calidad de la educación pública es la manera más eficaz de perpetuar la pobreza y la falta de oportunidades; si no educamos nos fregamos ¿O será que sí lo entienden y por eso dejan las cosas como están? Remató malicioso Pachito.

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