Atender el presente, mirar al futuro, planear a largo plazo 210213
Por Luis Fernando Jaramillo Arias
El 3 de febrero, en una reunión amable, informativa y amplia[1],
dirigida por el Ingeniero Luis Alberto Vélez Gerente técnico con la descripción
a cargo de Isabel Cristina Ortiz Cortés Subgerente técnica, a la que nos
acompañó en la apertura y el cierre el gerente de EPA Jorge Iván Rengifo
Rodríguez recibimos una descripción del Plan de Saneamiento y Manejo de
Vertimientos PSMV de la ciudad[2].
Rengifo destacó que hay en el documento una carta de navegación que servirá
para planificar la actividad de descontaminación en los próximos 30 años,
lograr la planificación ordenada del territorio y la ejecución de inversiones para
la recuperación ambiental del municipio.
El contenido del plan es limitado, la concepción del
tratamiento de aguas viene de una propuesta elaborada desde los años 80 y
carece de elementos de innovación, pero el solo ver funcionarios oficiales
pensando en 30 años ya da una buena sensación.
Hay mucho que criticar al plan: Su largo plazo de ejecución,
la intención deficiente de gestión, la falta de rigor en la presupuestación, la
costumbre de esta administración de “pelotear” a los gobiernos futuros la mayor
carga del proceso. El costo estimado a precios de 2019 es de $531 mil millones
de pesos. En los primeros 10 años, se proponen inversiones por $156 mil
millones a un promedio de $15.632 millones de pesos anuales, apenas un 16% de
los ingresos que se presupuestaron para la empresa en 2020. El principal
problema que hoy tiene Armenia es el del agua, tanto desde el punto de vista
del suministro como de las deficiencias en el tratamiento de vertimientos, que
tiene consecuencias no solamente para la población urbana sino para toda la
cuenca del Río La Vieja.
El problema es serio: 383 vertimientos directos sobre las
aguas permanentes de 25 de nuestras cañadas, sin contar las que tienen caudales
intermitentes que suman otras 29. Armenia tiene la obligación con sus
habitantes y con nuestros vecinos de aguas abajo del casco urbano, de entregar
sus efluentes servidos con decencia. El Río Espejo huele a diablos, la quebrada
Cristales hiede permanentemente, la quebrada de la Florida es un cloaca, el Río
Quindío prácticamente ya no tiene vida acuática y el río La Vieja es un foco de
gastroenteritis.
El Tribunal también ordenó al municipio de Armenia que
desarrolle su POT, materializando el concepto de crecimiento de la ciudad
sostenible y amigable con el ambiente. ¿Dónde está la revisión de mediano plazo
del POT? ¿Cuándo va a trabajar el municipio en el diseño de un documento que en
el acuerdo 019 de 2009 que trata del POT y su revisión de mediano plazo, se debería
tener listo para aplicar en enero de 2016? ¿Cuándo el de largo plazo que debería
haberse estrenado en enero de 2020? Armenia es una ciudad donde la letra está
escrita pero, como en las viejas culturas desaparecidas, muerta.
Una golondrina no hace verano, pero el PSMV que conocimos en
EPA reaviva la idea de que todavía tenemos esperanza de lograr que nuestros
gobernantes piensen en el largo plazo.
[1] Asistimos
por la Sociedad Civil Álvaro Arias Young, Blanca Luz Patiño Buitrago, Luis
Fernando Márquez Jaramillo y el autor de esta columna
[2] El
Plan de Saneamiento y Manejo de Vertimientos PSMV que las Empresas Públicas de
Armenia EPA presentó ante la autoridad ambiental fue aprobado por la Corporación
Autónoma Regional del Quindío CRQ por medio de la resolución 1592 del 05 de
agosto del 2020.
[3] Tras
una demanda de la Procuraduría General de la Nación, en 2018 el Tribunal
Administrativo del Quindío se pronunció en esta materia en 2018.
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