Saturday, September 26, 2020

El Justo Medio: En defensa del aguacate Hass 200926

 

Por: Luis Fernando Jaramillo Arias

El escudo de mi Armenia natal tiene en su centro un cuadro con un tronco y un hacha clavada, en representación de colonos y fundadores. Al fondo hay un paisaje del Quindío con sus selvas vírgenes y, a los lados, árboles de café; en la base la leyenda: Trabajo y Civilización.  Aquí se ha desarrollado desde hace mucho tiempo una polémica impulsada por aquellos que sienten que nuestro escudo es un homenaje a la antiecología, extremistas que premeditadamente ignoran el concepto del Justo Medio del que ya en los 300 antes de Cristo, escribía Aristóteles[1].

Siempre me he preguntado; ¿Qué sería de nuestra tierra si no se hubiesen desmontado las selvas? ¿Hubiéramos tenido el café y el Paisaje Cultural Cafetero? Antaño fue necesario abrir la selva; hoy sería un pecado tumbar bosque en El Quindío, y nuestra misión es adoptar la noción de “sostenibilidad”, el equilibrio entre lo económico, lo ambiental y lo social. Siempre el justo medio.

El mundo no es blanco y negro según se ha dicho tantas veces y es necesario mirar con qué intención se profieren opiniones que a fuerza de repetirse se convierten en verdades colectivas, porque nos han planteado un falso dilema: Medio ambiente o desarrollo

Las siembras de aguacate Hass técnicamente hechas no son dañinas y en el Quindío deben ser bienvenidas si los cultivadores cumplen con rigor todas las exigencias de sostenibilidad. ¿No es mejor un cultivo amigable con el medio ambiente, que reemplaza praderas dedicadas a la ganadería y que produce empleo formal y bien remunerado para quienes lo necesitan? Tenemos que conservar nuestro mundo sin detrimento de los pobres, mediante la participación colectiva en el propósito de hacer sostenible la vida en el planeta. Siempre el justo medio

Es hora de conservar nuestros recursos naturales, disfrutarlos y permitir que el mundo los disfrute, pero no a costa de rendirle culto al atraso. Tenemos que mejorar la exploración de lo que tenemos explotable y conservar lo que tenemos conservable. Enfoquemos nuestro futuro en las mismas palabras en las que se enfocó en el pasado, Trabajo y Civilización pero con significado siglo 21. El Trabajo sigue siendo el único medio hábil para que el hombre mejore su nivel de vida, consolide su bienestar y proyecte su futuro. La palabra Civilización tiene hoy otro significado diferente al que tuvo en las primeras décadas del siglo pasado: Ya no significa tumbar las selvas; hoy significa conservarlas. Siempre el justo medio.



[1] Moral a Nicómaco · libro cuarto, capítulo IV

Saturday, September 19, 2020

Si nadie lo cuida, es mío 200919

 Por Luis Fernando Jaramillo Arias

Jorge está haciendo cola en el banco y ve que un señor se instala dos puestos adelante; Carlos va caminando, se encuentra un automóvil estacionado en el andén y se tiene que bajar a la calle para seguir su tránsito; Gilma intenta sacar agua del río y no lo hace porque está sucia y huele mal; Alfredo desde la montaña ve la ciudad coronada por una nata espesa; Orlando lee en las redes sociales sobre los fraudes cometidos por los alcaldes con contratos de urgencia manifiesta dizque para atender la pandemia en sus municipios; Carmela oye en una mesa de la cafetería del pueblo que varios contratistas comentan que le han comprado al alcalde, por anticipado, contratos de obras públicas.

¿Qué tienen en común Jorge, Carlos, Gilma, Alfredo, Orlando y Carmela? Necesitan entender por qué el señor colado no respeta el tiempo de los otros; por qué el automóvil estacionado ocupa el espacio destinado a los peatones; por qué viene sucia el agua que necesita la comunidad, por qué el aire que respiramos tiene ese color, por qué no se hacen las obras públicas con los dineros destinados para ellas o por qué el alcalde cree que el erario sirve para financiar su campaña.

Nuestros personajes tienen en común que todos asisten a la privatización de lo público.

Lo público es todo aquello que tenemos que compartir. Lo que se debe distribuir equitativamente. Lo que requiere respeto por la parte que el otro puede aspirar o necesitar. Lo público cubre todos los ámbitos de la vida porque vivimos en comunidad.

Nuestra sociedad tiene la idea de que lo público es de nadie. Por eso mucha gente siente que se puede apropiar del tiempo de todos, del espacio de todos, de la calle de todos, del agua de todos, del aire de todos, del erario de todos, de las obras públicas que necesitamos todos.

El cambio está en que entendamos que lo público nos pertenece a todos, así lo cuidamos y evitamos que los avivatos se lo roben y lo conviertan en su propiedad privada. Con amenazas de cárcel o de sanciones que no se cumplen por parte de una justicia paralítica, vamos a seguir oyendo que “si nadie lo cuida, es mío”, y lo ponen en práctica. Nosotros mismos tenemos que solucionar el problema; lo privado lo cuida el dueño, lo público lo cuidamos todos.

Saturday, September 12, 2020

Quiero ser Policía 200912

Por Luis Fernando Jaramillo Arias

Ser policía y ser bombero eran las ilusiones de los niños de mi época. La figura del bombero representaba servicio; la del policía autoridad. 

En estos días hemos vivido jornadas que llaman a la reflexión sobre muchas cosas que poco a poco se han venido metiendo en la mente de los colombianos. La evolución del mundo exige adaptaciones pero muchas veces la sociedad necesita correcciones de rumbo para que las consecuencias de los cambios no sean nocivas. 

Hoy día el ejercicio de la autoridad requiere el diálogo previo y la observancia del respeto a los derechos, pero tan grave como el abuso de autoridad es el abuso de los derechos. No es entendible que la protesta social consagrada en la Constitución sea la máscara que se ponen los destructores y abusadores de la democracia. 

Los periodistas democráticos tienen que ser responsables. He escuchado con horror posturas de la señora Vanessa de la Torre de noticias Caracol en las que no solamente se arroga la posición de juez sino que afirma que “la noticia no es lo que hace la policía correcta porque eso es lo que tiene que hacer, para eso está la policía; lo anormal es lo que ocurrió y es inaceptable” Claro que es inaceptable, pero calificar de asesinato lo que hace la policía y leer en un titular de la misma cadena “Dos militares muertos y ocho heridos en emboscada al Ejército en vía Tibú” el pasado 18 de julio; ¿Los miembros de las instituciones "asesinan" pero a ellos cuando los emboscan "los matan"? ¿Eso es equilibrio informativo? ¿No será que detrás de la fachada de informar está la ambición del rating que da dividendos cuando se obtienen muchos “likes” o cuando se convierten los malos en buenos? ¿Es eso contribuir a la construcción de país? ¿No es noticia la defensa de los ciudadanos en todo Colombia, el sacrificio de miles de policías y soldados, su sometimiento paciente a maltratos físicos y verbales, la pérdida de sus vidas? La labor periodística no pasa por estigmatizar; su deber es informar. 

Y los dueños de los medios de comunicación también tienen su responsabilidad. Se oye por estos días una publicidad en RCN en la que el sindicato de FECODE invita a la desobediencia civil. ¿Es esa la política de una cadena radial que trabaja por el bien del país? 

El periodismo tiene que hacer un esfuerzo para promover la depuración y las reformas para mejorar las instituciones, pero al mismo tiempo entender que ellas están constituídas por seres humanos con familia, con sentimientos, con reacciones que, si se equivocan, se deben corregir pero que si aciertan se deben exaltar. 

Que bueno sería que la ilusión de nuestros niños volviera a ser: ¡Cuando esté grande, quiero ser policía!

Sunday, September 06, 2020

Tengo envidia de Pereira 200905

 

Por Luis Fernando Jaramillo Arias

El pasado 30 de agosto se inauguró la nueva terminal del Aeropuerto Matecaña de Pereira. Asistió el Presidente de la República Iván Duque quien en su discurso mencionó varias obras que tenía proyectado su gobierno, entre ellas un hospital de cuarto nivel para el Eje Cafetero que estará situado en el Valle de Risaralda.

En la inauguración hubo un hecho que pasó relativamente desapercibido para los que no tienen cercanía con Risaralda. El Presidente Duque mencionó tres personajes que ocupan hoy altos cargos del Estado que son oriundos de ese departamento: La Embajadora de Colombia en Italia Gloria Isabel Ramírez Ríos, Glorisa para sus amigos; el Magistrado Alberto Rojas Ríos Presidente de la Corte Constitucional; Carlos Felipe Córdoba Larrarte Contralor General de la República.

En ese instante pensé en varios otros pereiranos que también son protagonistas nacionales. Luis Carlos Villegas exministro de defensa; Jens Mesa, presidente de Fedepalma un gremio que reúne empresas con facturación de más de cuatro billones de pesos; Roberto Vélez Vallejo, exembajador en Malasia y en Japón y hoy gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros; Gabriel Jaramillo Sanint exbanquero internacional, un gran promotor del hospital de cuarto nivel, y en varios otros que cuento como mis amigos.

Con honrosas pero escasas excepciones, en los últimos años el Quindío ha tenido muy pocos representantes en altos cargos nacionales, no creo que por falta de capacidades sino por falta de promoción local. Los que han sobresalido lo han logrado con su propio esfuerzo, sin ayudas. Aquí sí que se cumple el adagio de “Nadie es Profeta en su tierra.” Tenemos muy pocos exministros, muy pocos altos funcionarios nacionales, sí algunos empresarios destacados pero la falta de promoción al liderazgo local es ostensible.

Siento envidia de la buena de mis amigos pereiranos y su trabajo de largo plazo. Desde hace muchos años nuestras dos ciudades emulan en lo cívico; los pereiranos sienten pasión por su ciudad y eso lo hemos venido perdiendo los armenios. Quizás desde las épocas de don Gonzalo Vallejo o de Chichí Marulanda o de don Bernardo Ángel o de Óscar Vélez Marulanda “Plumón”, o de don Pedro Mesa se inició ese pensamiento centrado en el futuro, y a partir de César Gaviria cuando ocupó la presidencia de la república se fortificó la promoción al liderazgo pereirano. El propio Roberto Vélez comentaba que Gaviria lo nombró embajador porque no había nombrado algún embajador pereirano. Hoy esa cosecha de líderes se ve florecer. Eso es lo que tenemos que promover urgentemente en el Quindío.

Las rivalidades entre nuestras ciudades se asemejan mucho a las rivalidades entre hermanos, son sin razón. Somos los mismos, vivimos en la misma tierra que fue ocupada por los Quindos. Tenemos que buscar soluciones juntos porque nuestro destino es común y no podemos desgastarnos en rencillas de poca monta. Aprendernos a valorar mutuamente, eso sí, sin ventajas para alguno, saber las complementariedades que podemos aprovechar y buscar un destino común de bienestar para todos.