Partido de los Sapos 200724
Por Luis Fernando Jaramillo Arias
Cuesta decir la verdad, pero ella debería ser reina de los
valores porque si la persona está comprometida con su búsqueda y su práctica,
tendríamos más consistencia en los comportamientos, total confianza, mayor
compromiso. Hoy día se oye decir que los que denuncian maleantes o simplemente
dicen la verdad son sapos, en términos despectivos. Pero hay que reivindicar
el Sapo Veraz; aquel que no tiene mentalidad de quinto patio, donde lo
grave no es la existencia del delito sino la existencia del sapo. Por el Sapo
Veraz; ¡A la Carga!
Cuesta trabajar mucho y difícil es hacerlo bien. Muchas
personas que se destacan y colaboran a sus empresas por encima de lo que
estrictamente es su deber, son catalogadas en su grupo de trabajo como sapos o
lambones; o aquellos estudiantes que hacen la tarea con excelencia son
vituperados por sus compañeros como nerdos o sapos, sin considerar que todos
esos aportes no solo enriquecen la persona sino la comunidad. Trabajar es la
mejor forma y la más satisfactoria de acumular riqueza y conocimientos; de
superarse; de contribuir para que los otros estén mejor. Por eso debemos reivindicar
el Sapo Excelente que se esfuerza, que hace las cosas bien, que trabaja más
de lo que lo remuneran porque sabe que luego se remunerará mejor con menor
esfuerzo. Por el Sapo Excelente; ¡A la Carga!
Cuesta soñar que vamos a vivir mejor. Cuesta imaginar que podremos
estar en paz. Cuesta pensar que superaremos la pobreza y las desigualdades.
Cuesta creer que en un futuro la gente podrá saber qué son los bienes públicos,
porque público es todo lo que nos toca compartir: El aire, el agua, el espacio,
el tiempo, el erario, tantas cosas. Si nuestra mentalidad se concentrara en
entender que lo público no se puede privatizar, lograríamos mucha justicia y
nos embocaríamos por senderos de progreso. Quien se nos cuela en una fila,
privatiza desvergonzadamente el tiempo que debemos compartir; quien invade el
espacio público se lo apropia con desfachatez; quien contamina nuestro aire o
nuestras aguas, cree que son suyas; quien mete la mano a los fondos públicos
nos roba. Qué bueno que podamos cambiar de idea para que sintamos que lo
público es de todos, en lugar de pensar, como ahora lo hacemos, que lo público
es de nadie y por lo tanto nadie lo defiende y muchos se lo apropian. Reivindiquemos
el sapo que se embruja con la luna; que cree en patrias mejores; que no se
deja llevar por veleidades de poder y mesianismos; que sueña utopías; Por el
Sapo Cancionero; ¡A la Carga!
¡A la carga con el partido de los sapos!