Por Luis Fernando Jaramillo Arias
No soy capaz de
describir en palabras la grandeza de los árboles ni la inmensa utilidad que nos
ofrecen.
En alguna de mis curiosidades bibliográficas, el libro "Plantas útiles de la cuenca del Orinoco" encontré la lista de veintiocho (28) usos de los
árboles, que presento en esta sinopsis. Pero no vi en el cuadro dos de sus más
importantes utilidades.
La primera es el secuestro de carbono y la correspondiente mitigación de los problemas que ocasionan los gases de efecto invernadero. La segunda, su contribución en el ciclo del agua, muy representativa en la función de la amazonia, un pedazo de tierra de más de siete millones trescientos mil kilómetros cuadrados compartido por nueve (9) países, que hoy contiene el territorio verde más grande del mundo sin modificaciones antrópicas, nuestra selva.
Y para
conmemorar el día del árbol, voy a recordar el 7
de
agosto del año pasado cuando
sembramos en el barrio Simón Bolívar en Armenia, un Molinillo
,
el árbol del Quindío según Alberto Gómez Mejía nuestro presidente del Jardín
Botánico. En esa ocasión traíamos a cuento el más célebre decreto de Bolívar en
materia ambiental
,
el 19 de diciembre de 1825, promulgado en Chuquisaca, Bolivia, que dice en el
más importante de sus fragmentos, refiriéndose a que gran parte de ese territorio
carecía de aguas y, por consiguiente, de vegetales útiles a la vida; que la
esterilidad del suelo impedía el aumento de la población y privaba de muchas
[i]comodidades,
y que se estaban haciendo inexactamente o con imperfección la extracción de
metales y la confección de muchos productos minerales, y decretó: 1. Que se
visiten las vertientes de los ríos, se observe el curso de ellos y se
determinen los
lugares por donde puedan conducirse aguas a los terrenos que
estén privados de ellas. 2. Que en todos los puntos en que el terreno
prometa hacer prosperar una especie de planta mayor cualquiera, se emprenda una
plantación reglada a costa del Estado hasta el número de
un millón de
árboles, prefiriendo los lugares donde haya más necesidad de ellos. 3. Que
el director general de agricultura proponga al gobierno las ordenanzas que
juzgue convenientes a la
creación, prosperidad y destino de los bosques en
el territorio de la República.
¡Qué visión la de Bolívar! Desde esa época pensando en el
riego para el desarrollo, en la necesidad de los árboles para promover y
preservar el agua y en la importancia de los bosques.
Celebremos hoy 29 de abril el día del árbol con esta
meditación sobre la grandeza del Libertador.
[i]
Imágenes obtenidas del libro Plantas útiles de la cuenca del Orinoco
Labels: Conmemorativos
1 Comments:
Excelente nota y mejor la acotacion visionaria del Libertador. Buen ratón de biblioteca que nos enseña y pone en orden.
Post a Comment
<< Home