Tuesday, May 02, 2023

Se acaban las chimeneas mata gente

 


Iba por una carretera detrás de una volqueta cargada de material de río y me sentía en una tragedia. El humo que salía del exhosto del vehículo y una carpa mal amarrada que daba paso a piedras que golpeaban el parabrisas de mi carro me tenían muy nervioso.

Paré a cargar combustible en una estación Primax y a mi lado se encontraba un transportador que también conducía una volqueta modelo 90 con la carpa muy bien amarrada. Le pregunté; ¿Todos ustedes son irresponsables, nos llenan de humo y están botando piedras por el camino? Me contestó muy amable y con ese gesto convirtió mi ira en pena. Me quitó el presunto derecho que me estaba arrogando de regañar al uno por cuenta del otro. Javier vio mi incomodidad y me dijo: Tranquilo señor que ya he pasado esta situación. Solo que aprendí a ponerme en los zapatos del otro, entender su causa y generar una discusión amable que me permita contarle algunas cosas.

Me llamo Javier Merchán, de Asovolchia, soy volquetero y cargo material desde la cantera del río Barragán. Mi volqueta es modelo 90 como usted la ve, muy vieja pero sometida a repotenciación. Hice tres cosas y mi vida cambió: Hago buenas prácticas y por eso amarro muy bien la carpa para evitar que alguna piedra se escape de mi volco para que los demás estén seguros; cuando me insultan o me regañan contesto con una sonrisa; por último, me puse la camiseta de los biocombustibles usando voluntariamente una mezcla alta que disminuye la contaminación; prendió su volqueta y en efecto ví que no echaba humo.

Mire usted, me dijo: Hoy me río de las revisiones tecnomecánicas a las que antes les tenía pavor. Encontré en los biocombustibles, el camino corto que necesitaba el mundo para la transición energética; de consumir un producto importado que además se subsidia pasé a un combustible fabricado por nuestra tierra, nuestro sol, nuestra agua, nuestra gente, nuestros empresarios o sea, un producto completamente nacional “made in Colombia”. Además, la infraestructura está construida, el parque automotor en rodamiento, la agricultura está produciendo y el país tiene las tierras para ampliarse. Y como si fuera poco, ya hay una tecnología de motores ensayada en Brasil que combina la electricidad con los biocombustibles para obtener las mejores ventajas de los dos sistemas de movilidad vehicular que son el eléctrico y el de motor que puede funcionar con biocombustibles.

La gran noticia es que los petroleros y los fabricantes de vehículos ya se dieron cuenta de que los biocombustibles no son sus enemigos, que son su complemento y que son como un puente Bailey de los que usa el ejército para emergencias que los puede instalar en muy corto tiempo para solucionar problemas de tránsito.

En los biocombustibles el país tiene su puente Bailey de uso inmediato para hacer una transición energética y yo con mi volqueta tengo la posibilidad de trabajar convertido ya no en “el asesino de la chimenea matagente” sino en un luchador por el pan de la mesa de mi familia preocupado por dejar de contaminar el planeta que es la “casa de todos”.

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