Sospecho que Autopistas del Café no llora, factura.
Soy irrestricto partidario del sistema de empresa privada, de las libertades,
del respeto a los derechos adquiridos, pero todo lo anterior en el marco de la
ley, en la convicción de que las empresas tienen obligaciones con la sociedad y
que aunque la sostenibilidad financiera es fundamental para ellas, debe estar
precedida por el cumplimiento estricto de las compromisos que generan los
contratos y con la asunción plena de la responsabilidad que tienen sus actos.
También está la responsabilidad de la ciudadanía que en el caso de los puentes
está personalizada en los transportadores que tienen que cumplir con los pesos
reglamentarios. El Estado existe para garantizar estos cumplimientos.
En este
momento la economía nacional y mucho más profundamente la del Quindío,
Caicedonia y Sevilla incluidas está en serias dificultades por los colapsos de
los puentes de Barragán y del Alambrado.
En el caso del puente del Alambrado se
pueden elaborar tres hipótesis: La de un atentado que ya fue descartado en la
revisión rápida que se hizo; la del deterioro por el uso, la obsolescencia y la
omisión de un control riguroso, rechazada por la concesión con el comentario de
que ellos habían hecho una revisión reciente que no había encontrado fallas. Y
yo formulo una tercera que tiene que ver con una cosa que ocurre muy
frecuentemente en nuestras carreteras que es el abuso del peso de los camiones;
¿Cuánto pesaba la tractomula que llevaba pertrechos de la policía cuando el
puente se cayó? Es necesario establecer lo que ocurrió.
El 21 de abril el
ministro de transporte visitó la región y anunció que a partir del lunes 24 del
mismo mes la tarifa del cobro de los peajes de Cerritos y el de Circasia tendrá
una rebaja del 58%. ¿Por cuánto tiempo? ¿Por cuenta de quién? ¿Del Estado? ¿De
autopistas del Café?
Autopistas del Café ha querido pasar de agache. En un
absurdo e ignorante comunicado el día que se cayó el puente del Alambrado dijo
estaba “ubicado sobre el río Cauca entre los municipios de Corozal y
Caicedonia”. Luego habló de la vejez del puente y de lo reciente de la revisión,
en una nota difundida sin comunicado oficial. Después manifestó que iba a
construir un puente en cuatro meses, eso sí dejando el cabo suelto de decir que
sería “a partir de la aprobación de las respectivas entidades y la obtención de
los permisos.” Un paso a la eternidad.
En esto de los puentes, de las vías que
se conservan de lo que fue la vieja carretera Armenia Cali y de la llamada
Autopista del Café hay muchos cabos por analizar. Ojalá pronto sepamos quién o
quiénes tienen la responsabilidad en este desastre, que evidenciemos que el
Estado cumplió su obligación y que no comprobemos que Autopistas de Café S.A. no
llora, factura.
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