Financiación de campañas políticas.
La financiación de las campañas es un aspecto que muchos
ignoran o quieren ignorar. Pocos se preguntan cuál es el costo de conseguir el
triunfo en un cargo de liderazgo en el ejecutivo o de apoyar al equipo que se
responsabilizará por el trabajo las diferentes corporaciones representativas.
En el caso de una alcaldía, el Concejo Municipal y las Juntas Administradoras
Locales (JAL). Muy importantes también, las Juntas de Acción Comunal, la
verdadera representación popular en el seno de las localidades en las que vive
la gente. Es necesario entender que para producir un verdadero cambio “una
golondrina no hace verano”.
Cuando los candidatos son personas desprevenidas, ilusas o
ingenuas, piensan que los recursos van a llegar o que, como ha sucedido en
escasas oportunidades, “la ola de opinión” va a ser tan grande que con la
reposición de votos van a poder honrar cualquier compromiso. Últimamente se pone
como ejemplo la campaña de Rodolfo Hernández, un verdadero “palo” que casi gana
la presidencia de la república basado en una estrategia simple pero muy bien
asesorada pero con un aporte que no partió de cero porque se basó en la
capacidad económica del ingeniero. También piensan en la de Petro pero sin mencionar
el inmenso despliegue que tuvo en los meses anteriores al inicio de la
verdadera campaña cuando se gastaron miles de millones de pesos en
concentraciones, escenarios, orquestas y despliegue de bodegas en redes sin que
nadie pregunte de dónde salió la plata.
No hablar de la financiación ha permitido que aparezcan los
“candidatos de los edificios” y se desarrollen “las estructuras”, esas
siniestras empresas de falsos “empresarios” financiadores de campañas, más bien
saqueadores de lo público, que siempre están listas a aprovechar la ingenuidad
o la ambición de las personas que se lanzan a las candidaturas. También hay
campañas autofinanciadas con los mismos objetivos que tienen los mismos vicios.
Personalmente desconfío cuando alguien me cuenta que se va a postular a una
candidatura y que va a financiar la campaña “con recursos propios”; ¿Quién hace
una inversión sin esperar un rédito?
Algunos candidatos logran lanzarse sin compromisos pero
cuando la inercia no les permite detenerse caen en las garras de los tales
“empresarios” y le tienen que vender el alma al diablo. La historia se repite y
se repite hasta tal punto que la ciudadanía siente que ya nada se puede
cambiar. Por eso, Tenemos que juntar los recursos para la financiación de las
campañas con aportes de muchos.
Necesitamos personas contribuyan eficazmente con recursos económicos y con el único interés de aportar por su ciudad y sus gentes y que aquellos que no puedan hacerlo económicamente pongan tiempo, difusión, apoyos legales, en especie o en cualquier otra clase de contribución porque aquí de lo que se trata es de jugar a la pirinola de seis caras marcadas con la misma inscripción: “TODOS PONEMOS”.
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