Saturday, April 24, 2021

Partidos sin Ética 210424


Cuando Pachito Alonso me llama siento una gran curiosidad. Me trae comentarios sobre la política regional porque siempre está en la vigilancia de la adecuada conducción de los destinos públicos.

Ayer me marcó al teléfono y no le pude contestar porque estaba en otra llamada. Insistió tantas veces que tuve que interrumpir mi conversación.

¡Aló, Pachito! ¿Se está muriendo? No, pero sí tengo afán de comentarle que con la cercanía de las elecciones parlamentarias, vuelven los políticos a salir con sonrisas e hipocresía. Imagínese que el pasado miércoles 21 de abril la señora Dilian Francisca Toro lanzó un libro que se llama “Liderazgo para confiar”, un título para morirse de risa. Recordé en ese momento una lámina que me envió el periodista Gilberto Montalvo en la que se invitaba a esa inauguración, y posteriormente me mandó una foto del acta de inicio del contrato BOG-445-2020 en la que el subdirector de alto gobierno de la ESAP y Dilian Francisca dan inicio a un contrato por 72 millones de pesos para “prestar servicios para la elaboración de un estudio de caso sobre su experiencia como dirigente territorial, así como realizar el acompañamiento en las etapas de difusión y transferencia del caso y sus aplicaciones”.  [1]En en tal libro, dice Pachito, habla precisamente de su período como gobernadora del Valle entre 2016-2019. ¿Por qué no logramos que los políticos dejen de vivir a gorra con los recursos públicos? ¿Y qué tenemos que ver con esa señora? Le pregunté por halarle la lengua. Pues es la misma que vino a la posesión de Roberto Jairo como gobernador, la misma que vino a Armenia en octubre del año pasado a hacer campaña como directora del partido de la U. Ahora que se acercan las elecciones los políticos de otras partes comienzan sus coqueteos con el Quindío, pero nunca cumplen con las promesas de trabajar por nuestra región. Siempre la manejan como comodín. Sentenció Pachito.

Pero hay más, Luis Fernando, no solo por el partido de la U llueve; por el liberal no escampa, se adelantó a decir Pachito. Ayer 23 de abril el Quindiano publicó un artículo en el que se anuncia que Piedad Correal será una de los tres candidatos a la Cámara por el partido liberal, al lado de Luciano Grisales Londoño. ¿Piedad? Pregunté. Sí, Piedad, la excandidata a la Alcaldía, la de los audios del 16 de octubre de 2019 que le costaron la elección. Ahora tiene la desfachatez de presentarse tan campante como si ninguno de nosotros tuviera memoria. Ese audio es francamente infame[2], no solo porque hace un elogio de todo lo que es la sucia manera de hacer política sino porque insulta con mentada de madre y todo a los periodistas. Para que usted los recuerde, le dejo los enlaces de los audios que comprometen estas dos señoras y la copia del acta de inauguración del contrato de la del Valle.

Para rematar me dijo: Luis Fernando; ¿Me presta 50 mil pesos para comprar dos manuales de ética y mandárselos al partido de la U y al partido liberal?



[1] Audio en el que Dilian Francisca Toro niega la relación de su contrato con el libro recién lanzado https://www.bluradio.com/nacion/dilian-francisca-toro-desmiente-que-su-libro-autobiografico-haya-sido-pagado-por-la-esap  Minutos 5:28 a 6:38

[2] Podcast periódico el Quindiano el 17 de octubre de 2019 en el que está grabada la voz de Piedad Correal Rubiano, candidata a la alcaldía de Armenia en ese entonces https://www.facebook.com/watch/?v=964806190537892

Facsímil del acta de iniciación del contrato de Dilian Francisca Toro con ESAP mayo 2020

Tuesday, April 20, 2021

En el día de la Tierra, un paso en la dirección correcta 210417


Por Luis Fernando Jaramillo Arias


Esta semana el país hizo un importante avance en la contribución a la conservación del medio ambiente. El gobierno aumentó la mezcla obligatoria de biodiésel que pasó del 10% al 12%[1], noticia positiva que, como con tanta frecuencia sucede, pasó casi ignorada por la prensa en medio de la información sobre la reforma tributaria o sobre el aumento de los casos del Covid 19.

Nuestra atmósfera recibe anualmente cincuenta y un mil millones de toneladas[2] de dióxido de carbono equivalentes, la unidad que los científicos utilizan para medir la contaminación del aire. La obligación de todos es contribuir a que esas emisiones, producto de las actividades humanas, se disminuyan todo lo posible para que la tierra siga siendo el hospedaje de la humanidad. Dejar perder el planeta es pensar en el fin del mundo.

Cincuenta y un mil millones de toneladas es una cifra descomunal. Si hacemos una comparación, para transportar esa cantidad de carga se necesitarían 1.500 millones de tractomulas de 34 toneladas cada una que puestas en fila[3] completarían 39 veces la distancia de ida y vuelta de la tierra a la luna[4]. El problema es de vida o muerte.

El estilo de civilización que hemos desarrollado se basa en actividades que producen gases como el dióxido de carbono, los cuales se ponen en evidencia en las chimeneas de las industrias o en el tubo de escape de los camiones y buses. Casi todo lo que el hombre fabrica, lo que se cultiva, los animales que se crían y engordan, el transporte, las comodidades que se tienen en las casas, contribuyen a las emisiones a la atmósfera. Tenemos que tomar conciencia del problema y exigir que los gobiernos tomen las medidas necesarias para que la sociedad tenga condiciones adecuadas de vida pero sin causar daño al medio ambiente. Aprender a vivir, a progresar, a desarrollar la economía en alianza con la naturaleza.

La energía solar, la del viento o eólica, la hidráulica, la geotérmica y los biocombustibles son tipos de energía que contribuyen a mantener el bienestar sin deterioro del medio ambiente. El caso de los biocombustibles es notable, no solo por ser energía limpia sino porque es la que más empleo genera, especialmente en las zonas rurales de Colombia.

En 2018, el más importante de nuestros campos petroleros, Rubiales en el departamento del Meta, produjo 118 mil barriles diarios de petróleo crudo. Los pozos de Caño Limón en Arauca produjeron 21 mil barriles diarios, la producción diaria de biodiésel fue de 30 mil y la de etanol de 24 mil barriles, cifras muy significativas en un país cuyas reservas petroleras alcanzan solamente para unos 7 años. Pensar en energías renovables no solamente es una necesidad ambiental en Colombia; es un imperativo de sostenibilidad económica para el país que, en materia de biocombustibles, avanza con políticas serias y de vanguardia al lado de Indonesia, Costa Rica, Brasil y otros países.

El aumento en la mezcla de Biodiésel es un paso en la dirección correcta, no solo para la agricultura nacional sino también por la salud de los colombianos y por el medio ambiente de nuestro planeta.



[1] El pasado 14 de abril los Ministerios de Minas y Energía, Ambiente y Desarrollo Sostenible y Agricultura y Desarrollo Rural, expidieron la resolución que aumentó el porcentaje de biodiésel mezclado con el combustible diésel fósil que pasará del 10% al 12% (B12) a partir de este mes.

[2] Gates, Bill. Cómo evitar un desastre climático. Plaza y Janés 2021

[3] Calculamos tractomulas de 34 toneladas de capacidad de carga, con una longitud promedio de 20 metros incluyendo el espacio entre una y otra.

[4] La distancia entre la tierra y la luna son 384.400 kilómetros

Saturday, April 03, 2021

Prohibiciones terminantes, consecuencias bumerán[1] 210304

 


Por Luis Fernando Jaramillo Arias

Pachito Alonso me llamó muy bravo. ¿Cómo cree usted que vamos a vivir con esas leyes bumerán? Tranquilo, le contesté; ¿Qué quiere decir con bumerán? Las proponen con una intención y el resultado es otro; en este país creemos que todo se arregla con leyes. ¿Cómo cuál? y Pachito se despachó:

Mire usted. Se acaba de conocer una ley que prohíbe castigar a los niños. Yo fui de la época del mejor sicólogo que ha existido, la chancleta. ¿Cree usted que con el castigo físico se logra más que con una adecuada formación y educación? le pregunté. Seguramente que no, pero tampoco con prohibiciones terminantes. En mi casa mi papá solo se ponía bravo y nos hacía lo que nosotros llamábamos “cara de avión”, la de armas tomar era mi mamá que tenía lista la correa si le desobedecíamos, si le decíamos alguna mentira, si nos quedábamos con alguna devuelta después de hacer algún mandado o si dañábamos algún objeto de la casa. El resto eran regaños suaves, otros más fuertes pero hasta las pelas eran impregnadas de amor y de la intención que fuéramos gente de bien. Y creo que lo logró, remató Pachito. Yo he sido un hombre bueno, no hago daño a nadie y trabajo honradamente. No lo dudo, asentí porque lo conozco bien.

Y continuó Pachito. Esta semana estuve en una finca cafetera y el hijito del mayordomo lo acompañaba a recoger la leña. Con ese cuento de la prohibición total al trabajo infantil, vamos a tener que ampliar las cárceles para meter todas las personas que le enseñan su trabajo y sus artes a sus niños pensando en que con eso van a tener herramientas para la vida. Pero ahora hay una ley que ordena que ningún menor trabaje. ¿Cómo vamos a lograr que los hijos aprendan el oficio de sus padres? Si los padres no les ayudan, los muchachos muchas veces no tienen una orientación que les permita decidirse bien.

Imagínese Luis Fernando que en la misma finca que le cuento, los jóvenes entre 15 y 18 años que ya conocen la tal prohibición primero piensan que el trabajo es un castigo y que ellos no tienen por qué sufrirlo y segundo, como les da pereza estudiar, permanecen con una barra de amigos que ya les enseñaron a meter vicio.

Sin interrumpir su diatriba Pachito me contó que esta semana había visto un video de un policía que se defendió de un campesino que después de cortar con un machete a su compañero policía ya iba por él. El agente le disparó en una pierna y la expresión de su compañero desde el suelo fue, ¡Se embaló hermano, se embaló! La autoridad ya le tiene más miedo a la ley que a los delincuentes.  Esas leyes son bumerán.

¿Bumerán como ese juego en el que se lanza un instrumento que regresa? Si, me dijo Pachito, pero no viene suavemente, regresa y le da en la cabeza. En lugar de promover la educación, la formación en principios y el justo medio, lo que se termina fomentando con estas leyes mal pensadas es la falta de amor por el trabajo, el vicio desde edades tempranas y la falta de respeto a la autoridad.

Pachito, aunque no siempre estoy de acuerdo, su crudeza para decir las cosas lo pone a pensar a uno, me despedí.



[1] Estas que son opiniones recogidas por el columnista de conversaciones con gente del común que se personifican en Pachito Alonso.