Valorización, puentes donde no hay río 201218
Por Luis Fernando Jaramillo Arias
El problema de valorización se ha convertido en una papa caliente para el alcalde Ríos Morales. El pasado lunes 14 de diciembre suscribió un Pacto de Cumplimiento mediante el cual pretendió atender el requerimiento de la Defensoría del Pueblo ante una acción popular que le pedía presentar la solución al problema.
El alcalde llegó
con un baboso escrito muy de su talante. No enfrenta la solución pero saca todo
el partido posible a su posición en un documento curiosamente aceptado por el Defensor
del Pueblo encargado del Quindío Gustavo Nieto sin análisis ni reparo alguno. “yo
no sabía lo que había, le echo la culpa a otros, yo recaudo y los dos alcaldes
siguientes que hagan las obras” fue la conclusión a la que llegó el muy
destacado exgerente de banco y del chance José Manuel Ríos. Un verdadero
portento de la gerencia pública que debería haber estudiado desde su elección el
problema que, en honor a la verdad heredó, pero cuya solución pregonaba que
tenía en las manos en la época de sus tres anteriores candidaturas. ¡Lo que se
habían perdido Armenia y la Cámara de Representantes!
Pero aquí no
solo es el alcalde a quien se debe preguntar por este asunto. ¿Dónde están los
concejales que aprobaron el proyecto de las obras de Valorización? ¿Dónde el
juez que profirió una condena irrisoria a la principal causante de esta
debacle? ¿Dónde los secretarios del despacho que propiciaron el fluir de este
latrocinio? ¿Dónde el periodismo que debió insistir más en las denuncias?
¿Dónde el patrimonio de la hija del dueño del MIL y del negocio del chance
"lavado" por los gobiernos locales? ¿Dónde la sanción social de la
ciudadanía? ¿Dónde el partido liberal? ¿Dónde el partido de la U? ¿Dónde Cambio
Radical? ¿Dónde todos los alcahuetes?
Las obras de
valorización no se planearon para aportar a la solución de los problemas de movilidad
de Armenia. Se propusieron como medio para llevar a cabo un concierto para
delinquir que consistía en robarnos a los ciudadanos. De aquí surge una
pregunta más; ¿Sí son esas las obras que se necesitan? En una ciudad como la
nuestra, con financiadores profesionales de elecciones, con empleados públicos
también profesionales, no en el servicio sino en esquilmar el patrimonio de
todos y en esclavizar necesitados de un contrato o de una posición en el sector
público porque la dirigencia local no ha logrado dispensar los puestos de
trabajo que se necesitan para actividades productivas.
El alcalde es un mentiroso irredimible que ni siquiera se ha preguntado si a los dos próximos alcaldes les va a dejar la tarea de construir unos puentes donde no hay río.