¿Dónde está el piloto? 211120

Por Luis Fernando Jaramillo Arias 

Diógenes llegó a la mesa con una sonrisa: Vengo de ponerme el refuerzo de la vacuna contra el Covid. Quedé impresionado con el orden, con la organización de las colas, con lo armónico de los movimientos, con la atención del personal.

¿Se hizo vacunar en el exterior? Preguntó Pachito. ¡No señor! En esta Colombia donde los ciudadanos no apreciamos nada de lo que se hace bien. Solo hablamos de lo que se hace mal o es reprochable. He estado mirando los resultados del gobierno Duque y me tienen sorprendido. Buenos indicadores de empleo, de crecimiento, de cobertura en salud. Credicorp Capital pronostica que Colombia tendrá un crecimiento del 9,5% en 2021. El presidente Duque está mostrando unos resultados que sobrepasan los de otros países de la región y los de muchos otros en el mundo.

Pachito insistió: Los niveles de popularidad no dicen lo mismo, son malísimos. Una encuesta publicada por Invamer en octubre pasado indica que el 72 % desaprueba la gestión del presidente y en otra de Cifras y Conceptos en este mes de noviembre, Duque aparece con la peor calificación en la historia de esa medición en 13 años. ¿Dónde está el piloto? Remató irónico.

Lo que pasa es que no tiene “teflón” ¿Teflón? Preguntó Lucho. Sí, ese material que se utiliza en los utensilios de cocina para que no se peguen los alimentos. Se dice que a los personajes públicos que tienen “teflón” no se les pega la insatisfacción del público. La gente interpreta bien todo lo que hacen, explicó Diógenes. Y déjenme decirles algo, apuntó: El presidente Duque no está participando en competencias de popularidad, no está buscando reelección, está trabajando por el país buscando proteger las finanzas, ayudar a la población más vulnerable y defender a la gente de la pandemia. En síntesis resultados. No gobierna para la tribuna: Más hace el lobo callando que el perro ladrando.

Lucho se rió. ¿Y qué me dice del “teflón” de Diego Javier Osorio nuestro representante a la Cámara por el Quindío? Dicen que quiere repetir pero creo que no le va a alcanzar. La gente dice que es muy mal político. Diógenes contestó firme: Olvídese de eso. Diego Javier es del mismo corte del presidente Duque: Son muy malos politiqueros pero son políticos decentes, de principios, hombres amables, trabajadores y ambos con realizaciones que muchos no conocen. En este período en la Cámara, Diego ha producido 30 proyectos de ley y ha sacado adelante temas de turismo, infraestructura, generación de fuentes de empleo, proyección del departamento a nuevas oportunidades de mercado. También ha trabajado temas de contenido social como la escuela de padres y la casa del peregrino; una labor formidable de la que los quindianos tenemos que estar agradecidos porque su propósito en la vida es servir y trabajar en pro del desarrollo del Quindío.

Diego y Duque son ese tipo de pilotos que no se notan porque el avión vuela suave y sin sobresaltos. Se parecen a los árbitros de fútbol que tampoco se notan porque su labor es ponderada y cumple el objetivo de dejar jugar para que el público goce de un buen partido. Su interés no es que los vea la tribuna sino que el partido se juegue con justicia y que gane el mejor.

¿Dónde les conseguimos “teflón” del fino? ¡Lo necesitan! Apuntó Diógenes. Mejor digámosles que aprendan de la gallina: Cacarear pero con el huevo puesto. Los logros se anuncian, terminó diciendo Pachito.

 

211009 Un gato guardián para cuidar el premio

Por Luis Fernando Jaramillo Arias

Un campesino que en su alacena guardaba un queso de nochebuena

oyó un ruidillo ratoncillesco por los contornos de su refresco

y pronto, pronto, como hombre listo, que nadie pesca de desprovisto,

trájose al gato para que en vela le hiciera al pillo la centinela.

E hízola el gato con tal suceso que ambos marcharon: ratón y queso.

Gobiernos dignos y timoratos: donde haya queso, no mandéis gatos.

Poema “El gato guardián” de Rafael Pombo

El próximo16 de noviembre se celebrará en The Washington Academy of Political Arts & Sciences el acto de reconocimiento de los ganadores en The Napolitans Victory Awards, con los que se premia a los creadores de ideas en la comunicación y el marketing político que trabajan con audiencias hispano-parlantes en lo que ahora se denomina consultoría política.

Nuestra región participó y obtuvo una mención de honor conferida entre campañas, individuos y trabajos que no tuvieron oportunidad de postular en el año que les correspondía pero tienen el mérito necesario para recibir el reconocimiento.

Nuestros paisanos Karen Gaviria Arcila y su socio de trabajo Andrés Felipe Restrepo recibirán una certificación oficial de parte de la Academia de Washington por su campaña ARMENIA, EL MOMENTO ES AHORA. La propuesta se concentró en el uso activo de redes sociales y la integración de medios que desarrollaron sus creativos. Según un artículo aparecido en “Los Juanes Media Group”, los estrategas indicaron que “.. como nunca, Facebook, Instagram, YouTube, Twitter y demás plataformas multiformato, fueron los vehículos claves para impactar a cada uno de los segmentos del público, con estrategias definidas para cada grupo objetivo”.

Hasta aquí todo muy bien. Lo que no entiendo es la generosidad de Karen y Andrés Felipe con el “gato” de Armenia entre 2020 y 2023 ni la falta de gratitud de este servidor público con quienes trabajaron para él con ese nivel de calidad.

Algunos directivos de mi campaña contactaron a Karen para solicitarle su apoyo. Ella les comentó que este servicio era costoso, que incluía una prima de éxito y que no podía comprometerse con nosotros debido a que estaba en conversaciones con otro candidato cuyo nombre no podía revelar. Al punto nos dimos cuenta que el único que podría ser era José Manuel Ríos pues sabíamos, como se ha comprobado con su cercanía y con sus nombramientos, que contaba con “empresario de las elecciones”.

¿Por qué hablo de generosidad o de empresas por fuera de los canales formales?  Porque en la consulta al sistema de cuentas claras del alcalde presentado ante el Consejo Nacional Electoral, no figura el nombre de Andrés Felipe Restrepo ni el de Karen Gaviria como donantes en especie ni como beneficiarios de pago y tampoco el de empresas diferentes a La Crónica Del Quindío, Organización Radial Olímpica, Transmisora Quindío y Cia Ltda, Caracol Radio S.A., Radio Cadena Nacional SAS y Óptima Grafica S.A., todas ellas por concepto de publicidad y propaganda.

Hay muchas otras truculencias, algunas ya olvidadas por el tiempo en lo que fue la campaña a la alcaldía de José Manuel Ríos sobre las cuales ya he escrito: Compromisos y clientelismo, nuevos “mejores amigos”, cambio de un movimiento ciudadano al partido MAIS, reuniones en Roldanillo, la Bretaña y otros sitios estratégicos, contratos con funcionarios de otros orígenes, grabaciones subterráneas y muchos más.

¿Casualidades? ¿”Olvidos” en Cuentas Claras? Se pueden inferir muchas cosas pero otras sí se comprueban. La campaña Ríos costó mucho más de lo declarado y su beneficiado es un mentiroso consumado.